Entrega final del trabajo práctico de Transposición de Hopper:
http://vimeo.com/51202526
Auto-evaluación:
Ésta vez en particular preferiría prescindir de una nota númerica y lamento ser un tanto extenso, pero creo que éste tramo final merece una reflexión que supere el medio párrafo.
Debo admitir que éste último trabajo me dejó exhausto. Todo nuestro trabajo estuvo sembrado de complicaciones que nacían tanto fuera del grupo como dentro del mismo.
Me hubiera gustado tener más tiempo para haber tomado decisiones más drásticas que hubieran sido más profesionales, como cancelar el rodaje de la primera jornada cuando la actriz llegó al lugar acordado imprevistamente sin el vestuario que habíamos consensuado previamente. Se suponía que yo estaba encargado de la dirección artística, y este inconveniente, por más que surgiese fuera del alcance de mi propia voluntad, fue una falencia íntegramente mía.
Juan y Joaquín cumplieron con la parte que les correspondía del trabajo respectivamente y ambos lo hicieron con suma habilidad en sus correspondientes rubros. Sin embargo, siento que el equipo careció de sincronía desde los primeros momentos del TP. El día de la exposición de nuestra insulsa mesa me dejó desilusionado. Yo había trabajado todo el fin de semana previo en la fabricación de esos posters propagandísticos sin comunicarme demasiado con mi equipo, quizás para ver con que caíamos cada uno el día convenido... pero nuestra mesa fueron posters y nada más.
Éste trabajo me desgastó en demasía, y el problema finalmente no recayó en la capacidad de interpretación del artista elegido. Creo que los tres tuvimos la suficiente abstracción como para poder interpretar a Hopper. Sin embargo, creo que no hubo un apego con el proyecto. En lo particular, yo había comenzado sumamente animado con el trabajo, ya que el artista elegido había sido el que yo había propuesto. Aún así, tanto las falencias del equipo como los recurrentes problemas ajenos a nuestra labor (Clima que impedía efectuar los rodajes, problemas de salud de la actriz y su consecuente ausencia, inconvenientes burocráticos en la línea San Martín para rodar en los andenes, etc.) probocaron en mí únicamente desilusión a medida que el rejol se nos quedaba sin arena.
Voy a hablar sólo por mí para que tanto Juan como Joaquín expongan la auto-crítica que ellos piensen indivualmente que sea la correcta: El producto final de éste TP, sinceramente, no se asemeja al ideal que yo concebí en mi cabeza cuando con la mejor de las ganas propuse transponer a Hopper. No obstante, por mi parte le puse toda mi dedicación, esfuerzo y paciencia procurando mantener a flote un proyecto que desde su inicio era saboteado incesantemente por todos lados. Atributos que si bien quizás no fueron suficientes, estuvieron. Espero que al menos una pizca de todo aquello pueda ser visto en nuestro trabajo.